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Unas de las asignaciones fué colaborar en el registro de viandantes a las puertas de la ciudad. |
Durante una tarde plagada de incidentes y violentas reacciones por parte de una decena de sospechosos se registró e identificó a toda la muchedumbre que esperaba en las puertas.
La guardia ofreció el respaldo necesario para arrestar y detener a los sospechosos. La soldado Meira fué atacada hasta en dos ocasiones con arma blanca sin consecuencias graves puesto que los sospechosos fueron reducidos inmediatamente.
Este y otros incidentes demuestran que la fiebre cultora ha permeado en la gente de a pie con la virulencia de una epidemia, se sospecha que pronto se iniciarán redadas y detenciones en masa.
En el castillo y entre los ciudadanos se habla ya de la amenaza de una inminente revolución en las calles.